jueves, 11 de septiembre de 2014

bienvenida a la luz!


"...Y caía en el sueño a medida que del sueño yo salía
 así se unieron nuestras vidas y será muy difícil volver a separarlas..."


G. Seferis



Una de las dos cariátidas que acaba de descubrirse en Amphipolis





viernes, 22 de agosto de 2014

Un cuarto componente indeseado

paseo en las afueras del pueblo de Tripiti, Milos, 2014


"Mon premier voyage en Grèce eut lieu en 1947. Ma dernière image: une île de la Mer Egée, sans arbres, avec un unique village et un paysage dénudé où misère et beauté s'allient comme deux versants d'une même colline. Misère et beauté. Alliance des contraires, comme cette phrase d'Héraclite que les paysages des Cyclades ne cessent d'épeler en leur lumière: -L'harmonie suprême est coïncidence des contraires. Tout se fait, tout se défait par la discorde-" 

L’Été grec, Jacques Lacarriere




También regreso del egeo, y allá me pregunté una vez más qué es lo que vemos en él,  que es lo que creemos que esconde (a Dios según Elytis), o en su defecto, donde lo buscamos. Esta vez partí con el libro arriba citado, una navaja pintada, afilada, inolvidable. Algo así como El corazón de Ulises de Javier Reverte pero escrito unas cuantas décadas antes, cuando el egeo y sus alrededores eran como nos gustaría encontrarlos. O eso parece. Sus observaciones del Monte Athos no tienen desperdicio.

El problema de leer esta buena literatura, llamada de viaje, es el riesgo de decepcionarse con el entorno o la compañía actual. Musaka para microondas. Ahora las casas cicládicas se alzan con cemento en unas semanas y se pintan como antaño para dar continuidad. La simpatía de los camareros, la supuesta hospitalidad griega, se disuelve entre los dos equinoccios bajo el peso de la moneda europea, el nuevo astro rey.  Dijo el mismo Elytis: “Descomponer a Grecia y veréis que al final no quedará más que un olivo, una viña y un barco. E igualmente, con los mismos tres elementos podréis recomponerla”. El primer componente es el elemento natural, en el segundo aparece la modificación hecha por el hombre y el tercero es pura creación humana. Bien que se me antoja ahora la moneda del euro como el cuarto.


Hay muchas cosas que te pueden dejar mal sabor de boca en la Grecia actual, y eso da pena después de una ración de jorta con aceite y limón. Servilismo, agobio, descuido, depresión, todo aquello que falta en la naturaleza de la Helade se hace presente en sus habitantes, sobre todo en la capital. El país esta siempre al borde de venderse, de convertirse en parque temático para jubilados, en estado nazi, de salir de Europa, de cerrar sus universidades, su televisión pública, de quedarse sin fármacos. Colegios sin tinta ni parné pa los maestros y con los niños mas obesos del continente. En términos occidentales una mierda de país, vamos… y aun así,…ahí sigue maldita sea, y lo interesante es que aun siga estimulando cabezas. Un periodista de El país escribió hace dos años una frase tremenda: “En Grecia lo único que va a quedar de pie son sus ruinas”. Merece una reflexión. Por mi cuenta, nunca se me hizo tan evidente como este verano aquello que ha salvado a este país de su absoluta explotación: la aspereza, lo jodido de su relieve. Montañas yermas, islas como espinas, vientos, paredes inmensas de piedra, arbustos inclinados, costas que no lo son. Todo esto y solo esto es la bendición del egeo, de hecho… mar que tomo su nombre a partir de un suicidio vano. Poesía.

Estos fragmentos del  L’Été grec satisfacen a la cuestión inicial de ¿qué puñetas buscamos allá?, ¿de que esta hecho el busto que dolía las manos de Seferis?




"VIII. A TRAVERS L'ARCADIE.



Il y a en grec des mots dont les syllabes m'ont toujours fait rêver. Magie des sons d'abord, de résonances, d’échos inhabituels à nos lèvres romanes.


…Rhadamanthe, Èrymanthe, Atalante,
Olynthe, Amarynthe, Tyrinthe,
Rhamonthe, Amathonte, Phlionte…


Si je m’amusais à décortiquer les consonances et les phonèmes de ces mots, il serait facile d’en faire apparaitre le commun dénominateur : ces suffixes en –ante, inthe, -onte qui tous trois, par leurs voyelles sourdes, sont comme l’écho d’un autre son, d’in autre mot, absent, invisible ou inentendu…

…Il ne faut pas confondre les livres qu’on lit en voyage et ceux qui font voyager. Les livres ne sont pas seuls, mais également les mots, a receler l’étrange pouvoir d’agir sur nos désirs et sur nos actes. Ainsi encore du mot STYX. Ce n’est pas seulement l’histoire, la légende attachée à ce mot qui furent à l’origine de l’attraction qu’il exerça sur moi. Ses lettres insolites y ont joué le rôle essentiel, insolites et sonores comme un sombre cristal, un quartz noir, enfermant l’écho des cavernes, STYX, comme stalactite qui se brise. Ou aussi cet autre mot grec NYX, qui signifiait la nuit et dont les deux dernières lettres –comme celles de STYX- peut être parce qu’elles inversent pour nous l’ordre courante de l’alphabet et qu’elles doublent inutilement le son, ont une résonance à la fois étrange et lugubre qu’on retrouve précisément dans nombre de mots évoquant la nuit ou désignant des animaux nocturnes –stryx, lynx, bombyx.

Le STYX était un fleuve qui coulait aux Enfers. Il était fils de NYX (la nuit) es des ténèbres. Et comme ce nom –en tant que nom commun- signifiait aussi froid glacial, frisson, horreur, on voit que ce nom débordait de connotations : nuit, froid, glace, frisson … »


murallas ciclópeas de Tírinthos

El poder del sonido de las palabras siempre me ha parecido un recurso sobrevalorado, sostenido solo por la sugestión y sin apenas valor real. Sin embargo, esa cadena de sucesos fonéticos que describe Lacarriere me puso los pelos de punta, pues no pude más que recordar con él la misteriosa emoción que siempre he sentido al pronunciar ciertos nombres, sobre todo ciertas combinaciones de sílabas,  como las expuestas -ante, -inthe, -onte.

Cuenta el autor que lo más cerca que estuvo jamás de la Grecia antigua fue una tarde en una playa de Evia, en una cala que no tenía nada de especial, sin ruinas a la vista ni historia conocida ligada. Estaban allí unos chavales jugando a coger cangrejos cuando uno de ellos le pregunto al otro si el animal estaba herido de muerte. El otro le respondió “Jaropalevi”, literalmente “luchando contra Caronte”. Milagro de palabra, cargada de toda una historia olvidada y pronunciada naturalmente por dos niños jugando. El término no figura en griego antiguo pero está formado por dos palabras que existían en la antigüedad: Caronte, nombre del barquero quien, entre las orillas del Aqueronte pasaba los muertos a los infiernos, y palevo –luchar, combatir- que viene directamente del término antiguo palaio. Le combinación debe pertenecer a la llamada lengua acrítica y más precisamente a los cantos de Digenis.

A mi entender, para los filohelenos  Grecia no existe en realidad. Es un lugar en su mente, un patrimonio universal que en otras culturas toma otros nombres. E idioma y teatro son los únicos vehículos dignos que quedan para vislumbrarlo. Una tarde, una sola tarde bien avanzada, anocheciendo, frente el teatro de Epidauro puede hacerte olvidar todo. Da igual que haya gente o estés solo. Tras las últimas gradas hay pinos que puedes escuchar desde abajo. Puedes oír incluso como se escapa el viento entre las hojas de la tercera y cuarta fila de pinos más allá del teatro. Esas gradas de frente durante un minuto hacen la historia muy evidente. Y hablando de filohelenos, resulta que muchos escritores dejaron de viajar a Grecia a partir de la década de los 70, cuando el turismo masivo cambio al país. Entre estos Jacques Lacarriere y Lawrence Durrell que decidieron no volver y guardar sus recuerdos intactos. Fue curiosamente Durrell el primero en proponérselo, diciéndole una y otra vez a Lacarriere “Haced como yo, no regreséis jamás. La Grecia de hoy, para nosotros, sus viejos amantes, es como Eurídice para Orfeo. Si volvemos a ella, la perderemos para siempre. Cambiar de amor, cambiad de vida, descubrir otras tierras, otras Eurídices…”

Y dije curiosamente pues fue el mismo, Durrel quien se desdijo a sí mismo, enviándole una cachonda carta nuevamente a Lacarriere que decía “Mea máxima culpa. Sí, he vuelto a Corfu. No pude aguantarme de regresar a mis antiguas pasiones. Pero, si os digo toda la verdad, he sido bien castigado pues he encontrado una Eurídice bien cebada”

Después de recibir esa carta, el autor de El verano griego volvió a Atenas y siguió escribiendo, lo malo, y lo bueno. Sus últimas palabras en el libro se asemejan mucho a la canción aquella de Nikos Gatsos que postee hace tiempo dedicado a Persefone y Eleusis, se llamaba… si, la Pesadilla de Persefone. La hija bastarda de Zeus y Demeter que se convirtió en reina del Hades, del que tenía que entrar y salir –en Eleusis estaba esa puerta- una vez al año dando lugar así a las estaciones. Las que traen a los turistas.

lunes, 9 de junio de 2014

Dedicatoria fallida

Plaza  y mercado de Saint-Bruno
Ocurrió hace unos pocos meses, pero no quería olvidarlo. Fueron 10 minutos muy graciosos escuchando una emisión de radio mientras cruzaba el mercado de Saint-Bruno, al lado de casa.

En Radio Clásica habían invitado a alguien muy refinado y correctísimo en el habla para elegir unos pocos temas musicales y comentarlos. No necesariamente "clásicos". Me encanta ese programa, el presentador es muy cuco y a veces toma una posición díscola para el invitado, sobre todo si este huele a burgués.

Así, antes de cerrar el programa, el invitado comienza a hablar de Haydn, de lo injusto que ha sido siempre el mundo de las discográficas y la radio con él, que qué gran genio era etc etc. Vamos, todo un despliegue de restitución y moral histórica. Decía que, el único fallo de Haydn fue vivir al lado de Mozart, pues en todo lo demás era igual de bueno que él, y que, por supuesto hay que escucharlo más. Quiso desmentir el mito de que estaban enfrentados, y por eso, escogió como tema a escuchar un cuarteto de Mozart dedicado a Haydn.

Tras esto, el invitado se calló esperando que el tema comenzara. Sin embargo, el locutor le dijo secamente:

-Claro Monsieur, por eso nos elige usted un tema compuesto por Mozart, para reivindicarnos la figura de Haydn ¿verdad?

El silencio duró apenas unos segundos, 3 o 4, pero fue digno de un cortometraje.

Se escuchó un movimiento del cuarteto, se termino el programa, y seguido y sin publicidad comenzo un brevisimo programa de 5 min. dedicado a la filosofía que trato de explicar la frase de Sartre que condensa todo su pensamiento:

"En el ser humano, la existencia precede a la esencia"

Dijeron, que el ser humano, al contrario del resto de los entes vivos o no, no tiene una esencia (función) al nacer, sino que se va formando poco a poco, él es su propia esencia.

“El hombre se hace, no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una. No definimos al hombre sino en relación con un compromiso.”

Mientras miraba los puestos del mercado, todo esto me parecía muy gracioso. Aun asi, no me voy a ir sin romper una lanza por Haydn, pues ..precisamente... este año, después de 15 años escuchando clásica, encontré algo de Haydn que me encanta y echo de menos oír. El último movimiento, Finale, de su sinfonía 45 "Los adioses"

Además, resulta que es cierto eso de que tenia mucho sentido del humor. En aquella época tocaba para un príncipe que no dejaba partir a los músicos a su casa. Por lo visto llevaban muchos dias encerrados en un palacio de verano... Así, Haydn, compuso un final de sinfonía en el que los musicos se levantan uno a uno y se marchan quedando cada vez menos tocando mas o menos los mismos compases. Al final toda la melodía la lleva un violín, si no me equivoco.




Flamenco para Borodin





Ole, ole y ole... Lo que se ha perdido Borodín. A proposito, era bioquimico de profesión este hombre.




lunes, 7 de abril de 2014

barandillas (de barco)




Et puis il n'avait plus su quoi lui dire. Et puis il le lui avait dit. Il lui avait dit que c'était comme avant, qu'il l'aimait encore, qu'il ne pourrait jamais cesser de l'aimer, qu'il l'aimerait jusqu'à sa mort.




miércoles, 26 de febrero de 2014

Francisco Sanchez "el faro" de Lucía


Cada generación tiene sus faros. Sus herramientas de sugestión
La suerte de vivir tu época Paco, no es poca. Nunca he estado en la playa de La barrosa, pero me la he imaginado cientos de veces y a cada vez más bella.
Apenas me acuerdo como era el salón de mi casa cuando niño. Sin embargo recuerdo como olía cada rincón de él cuando oigo Reflejo de luna, cada color de la vieja y ya inexistente alfombra.

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El soniquete de ida y vuelta


Como ese cajón donde dormían espejos rotos, como decía Monterroso, a veces la musica de Paco me llego amplificada de otras manos. Recuerdo muy bien cuando entré por primera vez en el Bar Eshaouira. A los pocos minutos sonó una corta melodía que retuve años. No sabía de quien era, pero tenía la convicción que se trataba de una versión, probablemente de un tema de Paco, pues me sonaba...o era demasiado bueno para ser de otro. El caso es que no lo sabía,y eso a mi me come mucho por dentro.

Los años pasaron y un día deje correr el disco entero "10 de Paco" de Chano Dominguez y Jorge Pardo. Allí apareció. Brutal! Es una melodía que canta a la par la voz de Conchi Heredia y el saxo de de Jorge Pardo. La tenía en casa todos esos años. Son solo unos segundos -25 exactamente- escondidos en el tema de "La tumbona". Ahora bien, faltaba aclarar la primera parte del misterio ¿de que canción de Paco provenía esa tremenda melodía? Yo ya había pasado por la criba más de una vez la discografía completa de él y nada..además su canción "La tumbona" no tenía nada que ver.

Volvieron a pasar años, casi claudico terminando por creer que esa sección la creó Chano Dominguez. Hasta que deje correr el disco entero de Zyryab y allí, al final de la canción Soniquete, justo antes de cerrar -Dios, por fin!- apareció como una espada fresca la sección original de esa melodía.


La melodía aparece a 3'17''


Minuto 6


domingo, 23 de febrero de 2014

todavía

Richard Bischof, Norwegian university of Life Sciences/Snow Leopard Foundation Pakistan

martes, 18 de febrero de 2014

Esmeralda y los 6 poetas




La que Seferis no quiso conocer 

La historia de esta imagen bien podría ser la siguiente: una en la que participan un puñado de poetas, una gitana llamada Esmeralda, Marsella y un poema. Además, resulta que es cierta.

Año 1937. Kavadías, joven marinero raso que desconocía por aquel entonces el uso del telégrafo pero no los versos, frecuentaba el puerto de Marsella, sobre todo el Quartier du Panier, el barrio de las putas. Por otro lado, Seferis, entonces cónsul griego en Korçe (Albania) viaja a Marsella en el mismo barco que S. Tsirkas y su mujer. Seferis viaja por asuntos de trabajo, ellos dos de luna de miel y para participar más tarde en el II Congreso Internacional de Escritores por la Defensa de la Cultura y contra el Fascismo, en París. Allí Tsirkas escribirá junto con el escritor L. Hughes el “Juramento de los poetas a Federico García Lorca” leído en el Congreso por Louis Aragón (y ya van 6 los poetas).

Kavadías junto con su amigo Pipos -el testigo de toda esta historia- quiso recibir a los dos poetas y les llevo a todos a una casa de campo en las afueras de Marsella, donde se quedaron hasta que tuvieron que volver al puerto para despedir al matrimonio que partía para el congreso de París.

Una vez que Tsirkas y su mujer partieron, quedaron por tanto tres: Kavadías, su camarada Pipos y Seferis, quien tenía que acudir a la embajada griega de la ciudad para luego hacer lo mismo con la análoga de Londres. Al constatar que el retraso era inevitable y que el día ya estaba perdido para Seferis, los marineros propusieron una visita a los “secretos de Marsella”. Entre los cuales se incluía la gitana Esmeralda.

Bien, de Esmeralda, como era de esperar, se sabe poco. Nada de particular a primera vista aparte de su nombre y su mal genio. Si que se sabe y con detalle, que llegó a ser muy malvada en un trayecto que hizo a Londres, junto con una amiga marroquí acompañando a los dos marineros. Por lo visto a punto estuvo de matar a su amiga con una navaja escondida en su falda debido a que ésta le recriminó querer engatusar a su hombre (Pipos) y a todo el barco y no bastarse con el suyo (Kavadías). Cosa que era totalmente cierta. Cuando Kavadías se enteró de lo ocurrido se lo pregunto a ella y obtuvo silencio. No se olvido de esa historia…

-A las putas en los burdeles las llamamos “públicas”. A las demás, las que están fuera ¿cómo tenemos que llamarlas? Encuéntrame una palabra - Le dijo esa noche a Pipos

Volvamos a Marsella. Montaron los tres en un taxi hacia Rue des Phociens. En el trayecto Seferis se percató del inusual camino que tomaban y se puso nervioso

-Es el barrio de los burdeles- Le dijo Kavadías y le invito a entrar a un bar a conocer Esmeralda. Seferis enfureció y aguantando la cólera les dejo en el taxi. Se marcho todo lo educadamente que pudo, según recuerdan. Tras esto, pasaron años hasta que Seferis y Kavadías volvieran a hablarse. La amistad se retomó tras una dedicatoria. Aquella que Kavadías dejo al pie de su poema “Esmeralda” cuando se publico la colección de poemas “Pousi” en 1947.  




Esmeralda

Toda la noche le regaste con el vino de Midas
y el faro le alumbraba con tres centelleos.
Al lado, el cabo segundo con larga trenza pirata
y lo largo el oscuro puerto de Gabés.

Al alba te besó el ahogado
y cuando despiertes con dos campanadas te ahogaras.
En cada caricia un nudo más se aleja ensangrentado
de la señal de la vieja herida china.

El papagayo te mando por vez última el saludo
y tosco respondió por la tubería el maquinista
Lanza a las olas tu antiguo y oxidado puñal
y tira sola al mástil de proa a colgarte.

Detrás escribe la hélice al partir “te delato”
y la polea se lo resopla chirriando al timón.
No huyas ¿dime, lo ahogaste una noche en Londres,
o en las sucias aguas de algún otro puerto?

Despiertan firmes los marinos de las profundidades
para tus cabellos por siempre peinar.
Afila aquellas espadas del habla que tanto me gustaban
y vuelve con las focas en la cuevas allá.

Tres días con clavos y tres los que te clavaron
y tú con las palmas empeñádamente cerradas
Última vez y en vano conjuraste al tifón
que nos lleva a casa a nosotros los marineros.



Στον Γιώργο Σεφέρη








Tardé en darme cuenta de que hablaban estos versos.     
Si no me equivoco, Esmeralda, una mujer que aun ejerce un gran poder sobre los hombres pero probablemente despechada, ahoga a su hijo a escondidas, lo que enfurece a toda una tripulación, al barco mismo y las profundidades.
La canción homónima en el Tocap3 esta a la altura.

Nota: La mujer de la foto es la actriz Sara Bernhardt. 1891.

viernes, 7 de febrero de 2014

Variaciones sobre un tema que quiere variar

Me imagino una inmensa nave espacial exploradora, el abrir de una flor de treinta pétalos, los fractales de la nieve expandirse a cámara rápida. Hoy he descubierto a Helene Grimaud y he vuelto a alucinar con Johann Sebastian.



la moral es nuestra



Vaya donde vaya, últimamente me encuentro con una premisa muy típica de.. esta derecha que esta más a la derecha que las demás. Suelen decir en las radios y en los artículos una cosa por el estilo de "ya esta bien con el monopolio de la moral y los principios sociales en manos de la izquierda".


"Good people are always so sure they're right"
(ejecutada en San Quintín, 3 de Junio 1955)

martes, 21 de enero de 2014

1900. Monte Veritá



Año 1900. Agobiados del consumismo y la globalización -como declararon (¿?!!!)- cinco centroeuropeos cogieron el tren, cruzaron los alpes y llegaron allí, a ese montículo sobre el Laco Maggiore, que tras el ritual de la primera noche fue bautizado Monte Veritá.  Unos pocos años después muchos pasaron por ese lugar: Lenin, Hesse, Otto Gross... De hecho, Siddhartha se baso en una experiencia que Hesse tuvo en este rincón.

Una vez más, la historia no se repite, pero rima (M. Twain). Existe un buen documental (emitido en canal Arte) de Henry Colomerm sobre este tema.

Completo esto con una posible referencia  primigenia a estos reaccionarios. Me contó mi padre que los griegos que buscaban un rincón tranquilo en el mediterráneo, donde no hubieran llegado aun los modelos de polis modernas (mayormente jonias), viajaban preguntando si sabían lo que era un remo. Allá donde recibían una respuesta negativa se quedaban. Arcadia parece que era uno de esos lugares.
Las fotos son todas de ese lugar: Monte Veritá.



jueves, 16 de enero de 2014

Κάποτε δεν είναι παρά μια λάμψη πίσω απ' τα βουνά...



Κάποτε δεν είναι παρά μια λάμψη πίσω απ' τα βουνά
-κει κατά το μέρος του πελάγου. Κάποτε πάλι ένας αέρας δυνατός
που άξαφνα σταματάει όξω απ' τα λιμάνια. Κι όσοι νογούν, το μάτι
τους βουρκώνει

A veces no es más que un reflejo tras las montañas
-allí del lado del océano-. Otras veces un fuerte viento
que de pronto se detiene afuera de los puertos. Y aquellos que lo entienden,
sus ojos se humedecen.


El pequeño nautilo.Odisseas Elytis


Uno se arrepiente de no haber leído apenas libros de aventuras cuando era pequeño. Páginas de historia pura y dura si, a miles, pues contaban hechos, tras comprobar en la enciclopedia de turno que los sabios confiaban casi ciegamente en Herodoto y Tucicides. Siempre desprecié estas novelas de episodios ficticios y forzados tipo "La isla del tesoro", "El libro de la selva" o los motines del barco tal y cual. El tipo de literatura que ahora busco sin cesar. Me siento pues en ese banco contrapicado de la infancia, el de los comics. De aventuras.

Jack London en Corea
Leyendo “La juventud” de Corto Maltés me topé con Jack London como personaje en la guerra ruso-japonesa. Donde estuvo de veras. Vi la literatura de aventuras como mitología de nuestra época. Ambigua. Indispensable. 





                                     


Me centré así en J. London y apareció esta novela gráfica:

Tras 4-5 páginas, pare de leer. Sentí como esa sensación del primer cigarro y leí la novela original. Después volví al cómic.
En una de las viñetas, el acojonante capitán Loup Larsenn asombra al protagonista (un naufrago recogido) recitando unos versos del Rubaiyat de Omar Khayyam. Algo asi: 

¡Bebedor, urna inmensa! Ignoro quién te modeló; sólo sé que puedes contener tres medidas de vino y que mañana te romperá la muerte. 
Entonces me preguntaré, con mayor afán, para qué fuiste creado, por qué fuiste dichoso y hoy no eres ya sino un puñado de polvo.


Ya que estamos, yo añadiría, de la misma obra:

Si locura no fuese, cual la araña en su nido
cuidarías la tela de tu vida presente:
¿Y a qué, si nadie sabe si el aliento absorbido
puede volver al aire de donde fue bebido?


Y recuerdo que un día mi paso se detuvo
por ver un alfarero que batía su barro:
Y el barro en frase tímida su frenesí contuvo:                
«¡Suave, hermano, mi forma también tu forma tuvo!»


Cuando hayamos cruzado tú y yo el negro velo,
¡Oh! el mundo impasible continuará su ronda;
nuestra venida y vuelta le darán tal recelo
como al mar si le arrojas un guijarro del suelo.



En cuanto a la veracidad de los hechos en las aventuras. En este momento no me interesan. Me viene al pelo el final de un cortísimo capitulo del comic kafkia-orwelliano de Jose Carlos Fernandes "La peor banda del mundo", donde uno de sus personajes confiesa: 


 -Los mentirosos son los únicos individuos sinceros. Aquello que ellos omiten, incluyen o modifican termina por revelar sus más íntimos sueños y deseos.